domingo, 7 de enero de 2018

DESHONRAR LA VIDA


El indulto encubierto otorgado a Miguel Etchecolatz como a tantos otros genocidas beneficiados con decisiones similares por parte del gobierno tiende puentes con la dictadura porque está en su espíritu reivindicar esta funesta experiencia.
En este sentido el despropósito jurídico no solo viola los tratados internacionales firmados por nuestro país en materia de derechos humanos sino que ofende e insulta la moral de la conciencia universal; denigra y humilla la conducta de nuestra sociedad que acompaña, y sostiene mayoritariamente, como barrera infranqueable de principios democráticos el presupuesto de  MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA.

El gobierno alienta – e incentiva – a través de su cotidianeidad provocadora y autoritaria el conflicto social con el inequívoco objetivo de generar una reacción popular que lo “AUTORICE” a desencadenar y profundizar el espiral de violencia que muestra sistemáticamente.

Como organismo de derechos humanos repudiamos y rechazamos el indulto a Miguel Etchecolatrz y del resto de los genocidas beneficiados; denunciamos al gobierno conducido por Mauricio Macri y María Eugenia Vidal por su violencia institucional, la represión física y detención de militantes sociales; la cárcel ilegal de Milagro Sala y todos los dirigentes detenidos y encarcelados y DECLARAMOS AL GOBIERNO ENEMIGO DE LOS INTERESES DE LA CLASE TRABAJADORA Y EL PUEBLO.
Asimismo, reivindicamos y acompañamos las luchas y la resistencia social generalizada de las mayorías populares con conciencia nacional.


Ambicionamos profunda y fraternalmente encontrar a nuestro pueblo – cuanto antes – unido detrás de la única bandera que reconocemos como síntesis de país democrático, soberano e independiente: LA LIBERACIÓN NACIONAL Y SOCIAL DE NUESTRA PATRIA.

A LA DESHONRA INSTITUCIONAL DEL GOBIERNO, A LA VIOLENCIA REPRESIVA DE SUS FUERZAS DE SEGURIDAD, AL AVASALLAMIENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS Y AL AUTORITARISMO Y ATROPELLO DE ESTA PSEUDO DEMOCRACIA LE OPONDREMOS LA INTENSA Y HONROSA LUCHA DE NUESTRO PUEBLO ORGANIZADO.

7 DE ENERO DE  2018           EX – DETENIDOS “RODOLFO WALSH” 

jueves, 23 de marzo de 2017

24 DE MARZO 1976 24 DE MARZO 2017 DE LA DICTADURA AL MACRISMO Y VICEVERSA

En los profundos y siniestros rastros de la dictadura genocida se hundieron los pasos de la década infame del menemato traidor y farandulero, y hoy el fraude inmoral y autoritario del macrismo hunde sus pasos en las mismas huellas.
La complementación y la unidad ideológica de las tres etapas de gobierno tienen una clara coincidencia: son enemigos de la clase trabajadora y del pueblo.


Los delitos de lesa humanidad cometidos por la dictadura- entre 1976 y 1983 – fueron juzgados por el estado nacional y considerados parte de un plan integral sistemático de exterminio físico e ideológico, destrucción sociocultural y desintegración nacional para imponerle al conjunto de la sociedad un proyecto de autoritarismo salvaje.
El TERRORISMO DE ESTADO fue la metodología implementada institucionalmente para lograr cumplir los objetivos de dicho proyecto.
El genocidio es la figura jurídica que identifica a los crímenes atroces y aberrantes que durante tal período perpetrara la dictadura.
No contaban con la lucha perseverante del pueblo que a través de los organismos de derechos humanos no claudicaron en su demanda histórica y se convirtieron por la fuerza de sus convicciones en la reserva moral de la reivindicación histórica más válida y sentida: MEMORIA -VERDAD Y JUSTICIA. La sociedad en su conjunto acompañó la demanda y el reclamo de los ORGANISMOS. Madres y Abuelas se convirtieron en un símbolo universal.
En democracia los primeros juicios por la memoria sentaron el precedente simbólico materializado por el esfuerzo y la constancia de quienes no se rindieron. Los Juicios de Lesa Humanidad en nuestro país son un capítulo impar de la conciencia universal en la disputa jurídico moral contra los estados terroristas.


Después de treinta y cinco años la institucionalidad democrática no ha logrado constituirse y consolidar un proyecto de país independiente y soberano. El atropello institucional por parte del actual presidente Mauricio Macri intenta una vez más vulnerar la conciencia nacional. La propuesta farandulera y su intención de revanchismo mediocre de descategorizar el 24 de Marzo encontró las espontáneas reacciones de los organismos y de un amplio arco de voces de distintos ámbitos políticos, sindicales, sociales y diversos espacios culturales. El intento, sin embargo, debe ser analizado en toda su intencionalidad.  Bastardear la historia y la memoria era parte delobjetivo, asimismo medir la reacción de dicha decisión. En sintonía con lo antedicho que el revanchismo gorila sirviera también como distractivo para que la polémica mediática corriera el eje que está instalado y focalizado en las incontables denuncias de corrupción que tanto el presidente como los integrantes del gabinete sufren de continuo.
La violencia institucional del terrorismo de estado como herramienta de disciplinamiento social conservó – y conserva – su capacidad residual de acción y poder autoritario.
La banalización de la historia y la memoria de nuestro pueblo intentaron una vez más ser mancilladas, en este caso, por el actual presidente.


La dictadura del 76 al 83 tuvo dos fases complementarias entre sí y cubrió integralmente las expectativas y responsabilidades que el sistema le impuso. El terrorismo de estado implementó el circuito represivo para imponer a continuación la fase de degradación y destrucción integral del desarrollo histórico nacional e intentar consolidar el objetivo real para el cual fueron oligárquicamente incentivados: la Consolidación del Proyecto antipopular y antinacional capaz de retrotraer las condiciones existentes a la etapa del pre peronismo.

El circuito de tortura y desaparición cumpliría el planificado y siniestro objetivo no sólo de la inhumana destrucción física y psicológica sino que además y como colofón el despojo personal o familiar de todo bien que pudiera reportarles a los torturadores y sus comandantes cualquier beneficio extra. Así el botín de guerra se corporizó en hijos y nietos apropiados. Y el botín de guerra más preciado por los gerentes de la corporación mediática también se logró por la tortura. Papel Prensa fue la concesión dictatorial a los medios que se constituyeron definitivamente en hegemónicos formadores de opinión. Blindaron el genocidio mancharon sus manos de sangre y son en la actualidad cómplices y responsables del gobierno macrista y el autoritarismo mafioso institucional. La transferencia de bienes a los represores en la sala de tortura tuvo en los despachos de la dictadura un paralelo significativo - Papel Prensa es el símbolo del poder mediático actual.

La implementación del terror fue el método y la solución.

De los acuerdos entre garantes disciplinadores del estado terrorista y los gerentes empresariales disciplinadores sociales del futuro de los trabajadores se concibió el negociado corrupto estatal empresarial. De ese intercambio de relaciones gerenciales de terror militar y empresarial emerge el más miserable contrato social de intereses compartidos cuya síntesis se representa en la figura que vulnera instituciones; preceptos, derechos, garantías, ética pública y moral: LA IMPUNIDAD. Las consecuencias del accionar aberrante dictatorial encontraron en la fibra más íntima y sentida de nuestra historia y el previsible – y trágico – desenlace de Malvinas mostró nuevamente la bajeza de su inmoralidad y el principio del fin de la dictadura.


El gobierno de Raúl Alfonsín no fue obstáculo para los nuevos planes del sistema liberal y terminó acorralado – y agotado – por sus propias contradicciones.

El Nunca Más fue un testimonio válido pero de oportunista y sospechosa conclusión: la teoría de los dos demonios. Cuando en realidad se estaba juzgando el terrorismo de estado, y por extensión, el genocidio dictatorial. Como consecuencia del equilibrio del gobierno, la reivindicación del militarismo se hizo “cara pintada” primero, e inmediatamente “Héroes de Malvinas”.  El claudicante alfonsinismo pagó el costo político. El costo social, una vez más lo pagó el pueblo.


La inmoralidad política tendría, sin embargo, guardada otra sorpresa en la insana y corta historia democrática.

Carlos Menem habría de constituirse en el “hijastro” del sistema. La identidad política que dijo representar - el peronismo – intentó ser “domesticada” en la traición de su gestión. En 1995, como ocurre, con el actual gobierno, su proyecto fue refrendado con el 50% de los votos, igual que en la actualidad. Del concierto de entregas sociales, económicas y culturales del menemato recordamos tres símbolos ideológicos de incomparable felonía.
1 … Si hubiera dicho lo que iba a hacer no me votaba nadie…
2 La farandulización política sintetizada en el slogan de reconocida sangría social: “pizza con champán”. Es decir, el bizarro acuerdo populista/empresarial y el intento de
3 “RECONCILIACIÓN NACIONAL” concebido como proyecto de entrega ideológico por parte del sistema.

… “EL MENEMATO SE AGOTABA COMO INSTANCIA ADMINISTRATIVA DE GOBIERNO PERO LAS SECUELAS DEL MENEMISMO PERMANECERIAN INSTALADAS EN NUESTRA CONDUCTA COMO ESTADÍO SOCIO CULTURAL DURANTE MUCHO TIEMPO.

La sucesión del menemato fue tan nefasta y trágica como su antecedente. Todos recordamos el tándem dela Rúa Cavallo y las terribles consecuencias del 2001. El sistema lograba, una vez más, ponernos de rodillas. Dolor, sufrimiento e inorgánica impotencia en el pueblo. Impunidad para el gobierno y su responsable. Al igual que Menem, de La Rúa abandonaba la presidencia y nunca ni uno no otro serían condenados: IMPUNIDAD.


“Macri cobarde ¡Oligarca! ¡Ladrón! el pueblo argentino se encargará de ti”.
La palabra del presidente Maduro no es una visión ajena y lejana. Al contrario, tiene la premonición de lo inexorable.
Hasta es posible, señor presidente, que su impunidad de hoy sea su cárcel de mañana.
Pero el futuro que le espera no será sólo para usted. Como no lo fue para Videla, Masera, Astiz, todos los genocidas y sus cómplices. Ni los Caputo, ni los Moyano, ni los Aguad, ni los Calcaterra. Ni los Peña, ni los Morales, ni las Alonso, ni las Lilita (¿Por qué no?). Y tantos otros del “palo propio”.
Nosotros, el pueblo, tampoco lo vamos a olvidar.
Este pueblo – NUESTRO PUEBLO REFLOTARÁ SU HISTORIA DE COMPROMISO SOCIAL Y SOLIDARIO.  Recuperará al calor del encuentro colectivo su historia de lucha y esperanza por una sociedad equitativa y por una patria justa, libre y soberana por las que vivieron y murieron aquellos que hoy venimos a homenajear. Y a los que definitivamente aprenderemos a recordar todos los días no con palabras huecas sino con los hechos cotidianos en nuestra vida simple y sencilla como es la vida de los pueblos que buscan un proyecto de nación que nos contenga a todos sin distingos de ninguna índole.
Nuestra utopía y nuestros sueños no están abandonados. El fragor de la disputa está en nuestro espíritu. Y regresaremos. Sí, Volveremos. Nuestro pueblo va a volver. A librar una nueva batalla. A vivir y construir una nueva experiencia. En la “unidad de los trabajadores”.
Derrotaremos su soberbia oligárquica y la práctica política liberal, que hoy también es nuestra cargada con los vicios que el sistema supo infiltrarnos. Derrotaremos su proyecto antinacional estimulado por la complicidad de muchos de nuestros dirigentes obsecuentes, claudicantes y traidores. Recordaremos aquella sentencia revolucionaria que pensábamos mientras el genocidio dictatorial nos desaparecía en los centros clandestinos: “… guerra popular y prolongada…”.
Mientras los Macri como usted crecían y se desarrollaban al amparo dictatorial y sufríamos junto a nuestro pueblo la tortura física y psicológica; el desaparecedor blindaje de la estructura de medios; la inmoral herencia de la deuda externa (como hoy) contraída a expensas de toda nuestra sociedad para alimentar el negociado financiero – empresarial; el botín de guerra de los mercenarios grupos de tareas que creyeron que apropiándose de nuestros hijos y borrando su identidad “desaparecía la nuestra”; y juzgaremos la barbarie y los ilícitos de su “civilización” – como juzgamos a los genocidas. Con el alma, el corazón y la conciencia volveremos; en nuestras cenizas aún calientes. Para que una vez más, en nuestra historia en la historia de lucha de nuestro pueblo como a lo largo del tiempo, el mismo espíritu de San Martín, Belgrano, Moreno, junto al Chacho Peñaloza, los caudillos del interior y las montoneras; las primeras luchas obreras del siglo XX, el anarco sindicalismo, la Patagonia rebelde, FORJA y su declaración de principios, el despertar de la conciencia social del 45, la incomparable resistencia peronista y su emergente, la comprometida lucha de la gloriosa generación setentista de la que tantos han abusado y otros tantos se han arrepentido. Junto a quienes no claudicaron en los 90, sostuvieron las banderas y crearon alternativas de luchas no contaminadas como una nueva central de trabajadores y otras experiencias sociales.
Hoy el sistema, señor presidente, lo enarbola y lo propone faraón empresarial del proyecto capitalista y salvaje. Pero la reserva nacional de la patria está intacta, sufrida, golpeada, dolorida. Pero intacta.
Ustedes han degradado la moral y la integridad. Han devaluado el proceder cotidiano infectado con su proyecto explotador. Han degradado nuestra conducta comprando voluntades, extorsionando a los trabajadores, reinstalando el sálvese quien pueda. Han actualizado la farandulización política despreciando el valor de la militancia generosa, desinteresada y sincera. Repusieron al igual que en los noventa: “todo se compra, todo se vende”.
¿En serio creyeron que era posible? No conocen a nuestro pueblo.
“…Tengo una lista interminable de cosas que son más importantes que la seguridad…” Sepanlo. También somos “Tanguito”.
Engañaron a una gran parte de nuestra sociedad con los mismos eslogan y promesas noventistas: “pobreza cero” y fueron por los pobres; no para auxiliarlos sino para sumarles un millón y medio más, hacerlos más vulnerables y empujarlos al destierro de la droga y de la delincuencia; agitaron el déficit de la inflación y esquilmaron al conjunto con el 41 % en el primer año nomás; “nos haremos cargo de la deuda” y lo hicieron, tomaron 40.000 millones de dólares durante 2016 y van por más para garantizar la dependencia económico – financiera de nuestra sociedad que no es la de ustedes. Produjeron el ajuste y el tarifazo propiciando la caída estrepitosa del mercado interno y del consumo popular; liberaron las importaciones para asegurar la destrucción de las pymes y provocar el cierre de fábricas, industrias y comercios aumentando de esta manera la desocupación y la precarización y con ello el abaratamiento del salario real y achicar el poder adquisitivo; devaluaron el 50% la moneda – nuestra moneda – con el objetivo que – su moneda, el dólar – se agigantara en los bolsillos del sector empresarial que ustedes representan; le quitaron las retenciones al agro y a las mineras (que despidieron 20.000 trabajadores) con el mismo sentido; le quitaron al pueblo “el fútbol para todos” con la ignominiosa excusa que el estado no debe solventarlo por incapacidad financiera y lo reconvirtieron nuevamente con el socio de Clarín en un negociado espúreo y antipopular; nombraron jueces a dedo para subordinar y amedrentar aún más a un ámbito que siempre les resultó complaciente y de resultas de ello tienen encarcelada a una dirigente social, Milagro Sala, “por negra y patasucia” que dignificó la existencia de un sector históricamente perseguido y en servidumbre; derogaron con un DNU (como tantas otras cosas) la democrática Ley de Medios para complacer a los monopolios informativos, y en particular a Clarín que tiene las manos manchadas de sangre. Hoy las manos de Clarín y las suyas, señor presidente, son una sola. Impusieron la metodología del poder mafioso institucionalizado para controlar el negociado estatal que les permita obtener una vez más cuantiosas ganancias; por el “choreo argentino” (lo que puede la cultura popular) y el no pago de la deuda que tiene contraída desde hace 20 años usted y su padre; degradan y boicotean nuestra aerolínea de bandera para reinstalar en su reemplazo a su propia línea de navegación, abortando así el esfuerzo de nuestro pueblo para sostener “ la bandera de nuestra línea” y reemplazar la por su bandera, que es el negociado volador.
Operaron mediáticamente sobre inconformismos relativos; azuzaron ganancias, inseguridad, 82%, justicia legítima, Nisman, y la constante cantinela dela herencia recibida.

TODO LO PUDIERON HACER POR LA COMBINACIÓN DEL PESO DE SU PROPIO PODER Y LA DEBILIDAD DE UNA DEMOCRACIA CUYOS RESORTES INSTITUCIONALES ESTÁN CONTAMINADOS POR LA MISMA MATRIZ IDEOLÓGICA DE SU CORRUPCIÓN LIBERAL.
La democracia ha demostrado ser una herramienta voluntarista, permeable y sensible. Tan sensible a la calidez del espíritu de transformación social como a las metálicas expectativas de los negociados liberales.
El estado ausente y bobo del discurso y posicionamiento oligárquico se ha convertido en el actor que institucionaliza a la farsa del “democratismo” autoritario e hipócrita del bloque dominante. Ese estado, así como supo, con marcadas insuficiencias mostrarse como benefactor y orientado a auxiliar manifiestas carencias preexistentes – de orden económico y social- en la etapa previa, hoy aparece directamente vinculado a la corrupción el negociado, a la inmoralidad institucional en nombre del republicanismo estafador y fraudulento.
El empoderamiento del pueblo nace de la conciencia y del protagonismo. No del resarcimiento económico.
Lo que hoy se reconoce –y conoce- como GRIETA tiene de historia a la historia de nuestro pueblo. Desde hace 200 años que existe la grieta. Bienvenidos quienes la han conocido en etapas recientes y la han interpretado. De un lado de la grieta estamos nosotros, el pueblo, del otro lado está la oligarquía. EN EL MEDIO NO HAY NADA, O SÍ, EL PRECIPICIO. La neutralidad es una comodidad tibia que toma distancia de todo pronunciamiento que represente un compromiso o signifique perder lo único que se tiene: la pasividad.
La conflictividad social es el resultado de intereses contrapuestos antagónicamente.
La primera etapa del plan de gobierno de Mauricio Macri se ha cumplido. Las consecuencias del trabajo sucio están a la vista. La segunda fase es complementaria de aquella y reconoce la misma versión que lo vivido durante el 2016.

El rol de los funcionarios del gabinete, es decir la mente del proyecto, encargado de los negocios propios y de la recaudación fruto de esos negocios es, además, mantener el discurso del “democratismo” institucional republicano abonado por la idea del diálogo y del consenso que permita equilibrar mediáticamente – y oponerse – a lo que será la acumulación de demandas sociales y económicas que como resultado de la continuidad de los tarifasos y todas las consecuencias directas que sobrevendrán, y agudizarán en este segundo año, el escenario de conflictos pre existentes.
En este sentido el rol que ha cumplido la conducción de la CGT está agotado. Ha quedado en evidencia que durante 16 meses la función principal de la conducción cegetista estuvo directamente orientada a ser la primera columna de defensa del proyecto del macrismo. En lugar de ser portadora de las demandas que surgían de la clase trabajadora por la imposición del plan económico, combinó sus intereses con el gobierno sirviendo a la paz social que el macrismo le ordenaba.
A estos dirigentes también los alcanza el descrédito porque no fueron capaces de plantarse frente al enemigo y se dejaron arrear por la infamia macrista.
Son traidores a la patria aquellos dirigentes político institucionales, sindicales o no, que tras cualquier argumentación hayan acordado y beneficiado al macrismo en sus proyectos y decisiones tanto de orden legislativo como de cualquier acuerdo que haya servido para que el gobierno obtenga algún rédito que lo favorezca en cualquier ámbito y de cualquier naturaleza, y que como consecuencia, hayan representado un retroceso, de la magnitud que fuere en los intereses populares.
Usted señor presidente estuvo siempre comprometido y vinculado a la dictadura no solo por su entente empresarial sino porque usted concibe el autoritarismo como un rasgo distintivo de clase dominante. Para usted señor presidente la autoridad no se reconoce en condiciones morales, de capacidad, de inteligencia, de integridad ni de cultura, conocimiento o sensibilidad; de hecho usted desprecia todo esto, tal vez en el fondo lo denuncia y lo traiciona el saber que entre todas sus posesiones estas cualidades no figuran.  Pero sí conoce, valora y se reconoce en la mercantilización que hace posible la compra de voluntades. Entonces usted resume la capacidad integral de valores en una ecuación muy simple: todo se compra, todo se vende.
Acá es donde su lógica autoritaria y mercantilista se autodestruye y agota; y se diluye su fortuna y su poder.
LAS CONVICCIONES NO TIENEN PRECIO.
Ustedes son el sistema. Han imperado en nuestro país a lo largo del tiempo y hasta han impuesto la historia. Y nos han vencido. Muchas veces nos han vencido; pero nosotros somos el pueblo. ¡LOS PUEBLOSQUE NO ABANDONAN LA LUCHA MERECEN CREER EN LA VICTORIA!
Tome nota de esta arenga: ustedes creen que el gobierno anterior fue su enemigo. Sí, lo fue, por supuesto. Pero fue también un guarismo parcial en nuestra historia. Como generación política, en todo caso, nos hacemos cargo de las insuficiencias y de los déficits que no supimos corregir a tiempo. El sistema ha sabido contagiarnos ciertos vicios. Es parte de nuestra derrota reciente a partir de la derrota de hace 40 años.
Pero como experiencia y como desarrollo histórico somos un eslabón en la larga cadena de enfrentamientos que nuestro pueblo viene librando contra ustedes. En esta segunda fase, señor presidente, que usted y su gobierno intentan consolidar como parte del proyecto estratégico de recuperación del 2000% nosotros estaremos en la calle junto a nuestro pueblo y la clase trabajadora, en todas las luchas cotidianas junto a todas las organizaciones y los movimientos sociales.
EN RESISTENCIA Y ORGANIZADOS
Vamos a derrotar a su proyecto económico señor presidente, y usted será juzgado en el futuro. Pero no le cabrá el honor de ser juzgado por traición a la patria. Porque su patria es enemiga de la nuestra; es decir de la patria del pueblo, porque en realidad, señor presidente, usted es el enemigo. Es la cara visible del poder que detenta institucionalmente y también es la cara visible que se yergue como expresión miserable y mafiosa del poder superior cuya figura conocimos en dictadura: la impunidad.
La impunidad dictatorial duró mucho tiempo, pero la Justicia llegó y los genocidas fueron juzgados y condenados. Su impunidad señor presidente será más corta, el pueblo ya lo ha condenado.

NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS.
30.000 COMPAÑEROS PRESENTES

Agrupación Rodolfo Walsh – Mar del Plata

domingo, 31 de mayo de 2015

PROYECTO NACIONAL Y POPULAR O REINSTALACIÓN DE LOS 90

La reinstalación de los 90 es la idea que el sistema alienta y alimenta a partir del conflicto que con las entidades agropecuarias con cierta dosis de antagonismo consiguieran instalar a mediados del 2008 en adelante y cuyo slogan político publicitario se sintetiza en la consigna Final de Ciclo.
Aquél estilo de confrontación se fue adecuando y actualizando según los conflictos con mayor o menor intensidad desde diversos ámbitos y es la táctica que han concebido para tratar de desgastar, primero, y equilibrar después, las fuerzas electorales perdidosas hasta el momento y conseguir de esa manera abortar el proceso nacido en el 2003.
La expectativa de máxima por parte del sector oligárquico-corporativo-liberal e, sin dudas, hoy ya decantado conseguir a través de Maurizio Macri el triunfo electoral primero y el agotamiento del modelo Kirchnerista a continuación.
El sistema ha logrado cumplir su objetivo central, instalar “socialmente” la idea de final de ciclo. En contrapartida los referentes válidos del kirchnerismo asumen la confrontación político electoral con el objetivo de la consolidación del modelo. LA POLARIZACIÓN ES EL RESULTADO LÓGICO Y NATURAL DE LA CONTROVERSIA.
Creemos que a pesar de ser en principio válido plantear la contradicción principal de la etapa como: CONSOLIDACIÓN ≠ FINAL DE CICLO no habrá un desenlace poselectoral que sintetice en esa magnitud la contradicción planteada. Cualquiera fuere el resultado electoral no significará ni la desaparición política de una de las dos fuerzas ni habrá en ninguno de los dos sentidos un “blanco o negro”.
Esta es una primera conclusión tan básica como de evidente objetividad producto de entender e interpretar que el grado de correlación de fuerzas, si algo garantiza en la actual coyuntura, es un equilibrio manifiesto con un dominante electoral moderado a favor de los intereses populares y el gobierno Kirchnerista que lo impulsa, y en parte, contiene. Y un dominante estructural a favor del sistema.
Pero, así como resulta obvia y objetiva la caracterización precedente también debe entenderse que es el proceso Kirchnerista el que tiene mucho más para perder en caso de una derrota electoral. Porque, en realidad, será como se ha escuchado decir tanto a la presidenta como a alguno de los referentes/dirigentes comprometidos con el modelo: “… NO VIENEN POR UNA BATALLA ELECTORAL; VIENEN POR LA RECONSTRUCCIÓN DE SU HEGEMONÍA QUE ESTA ADMINISTRACIÓN DE GOBIERNO HA SABIDO – Y CONSEGUIDO- DISPUTAR…”. Este objetivo de reconquista implica la desarticulación, parcial y total o sea gradualmente, del modelo kirchnerista y sus logros
El peronismo conoce a través de la (su) historia cuál es el accionar revanchista e impiadoso de estos sectores que, tanto en democracia, cuando han conseguido un mínimo oxígeno institucional pseudo electoral o en las dictaduras, que han sabido generar, producen o intentan producir un nuevo retroceso y desamparo social en los intereses de nuestra nación y nuestro pueblo.
La próxima disputa electoral es una batalla vinculada – y vinculante- a un proceso de confrontación integral que reconoce, por supuesto, lo imperioso de un triunfo popular en la contienda, porque permitiría GARANTIZAR la continuidad de GOBIERNO y avanzar en general en el sentido político ideológico desarrollado desde el inicio de la gestión.
GARANTIZAR Y GOBIERNO son el binomio de combinación política capaz de instrumentar los mecanismos (metodología) que conduzcan a la CONSOLIDACIÓN DEFINITIVA (esto que llamamos etapa superior).
La etapa histórica iniciada en el 2003 – y su acumulación hasta la actualidad- la entendemos de TRANSICIÓN entre el período del dominante campo oligárquico liberal que, desde 1974 y hasta el 19/20 de diciembre de 2001, lograra imponer su proyecto. Diciembre de 2001 es el momento que sintetiza la decadencia extrema del sistema y el punto límite de desintegración social y quiebre doctrinario del estadio sub cultural impuesto por el neoliberalismo.
Esta caracterización conduce a interpretar y considerar como será el probable escenario político electoral de octubre y sus consecuencias.  Por lo tanto la coronación de la presente etapa de TRANSICIÓN solo puede darse en la definición político ideológica de la representación y candidatura presidencial que emerja del Kirchnerismo.
Siendo consecuentes con la “polarización” político electoral planteada debemos concluir que solo es posible lo que describimos a continuación:
I DE CONSOLIDACIÓN (PERONISTA KIRCHNERISTA)
II DE REINSTALACIÓN NOVENTISTA (MACRISMO), o
III DE CLAUDICACIÓN SCIOLISTA (PARCIAL O TOTAL)

No hay duda que es esta última variante la que reconoce más necesidad de argumentación y desarrollo en el análisis. Esta consideración surge de entender que tanto RANDAZZO como MACRI representan y sintetizan de “común acuerdo” la enemistad manifiesta y la irreconciliable perspectiva que ambos liderazgos personales expresan como referentes políticos de los dos proyectos antagónicos de país en pugna.
Los componentes sociales y definiciones ideológicas de dichos proyectos confrontan históricamente desde hace 200 años.
Lo antedicho parte del presupuesto central de entender al campo nacional y popular como un emergente constante en la disputa por el poder que el campo oligárquico liberal ha sabido monopolizar e imponer como proyecto doctrinario de vida durante mucho tiempo y con mayor preeminencia.
Hecha esta salvedad parece oportuno esbozar una primera aproximación inmersa en la, aparente, contradicción secundaria que en la interna del oficialismo representan FLORENCIO RANDAZZO por un lado y DANIEL SCIOLI por el otro. Resulta necesario dilucidar si realmente la contradicción secundaria es de tal rango o, en todo caso, si es mucho más aparente y encierra, por lo tanto, una magnitud real mayor a esa apariencia.
Dijimos anteriormente “una primera aproximación” que se expresa en estos términos:
1-      Tal como la conducción Kirchnerista lo concibiera – y tácticamente lo coordinara – el escenario de precandidatos del FPV ha decantado en un estadio de confrontación y oposición interna de magnitud superior a la de la simple disputa de referencia político-personal;
2-      La polarización en la interna del FPV además de mostrar la característica confrontativa del método del gobierno para saldar los distintos antagonismos (internos y externos) en general, pone en evidencia que para el peronismo Kirchnerista se ha profundizado LA INCOMPATIBILIDAD IDEOLÓGICA ENTRE EL MODELO QUE EL KIRCHNERISMO INTENTA SOSTENER – Y CONSOLIDAR EN LA FUTURA ETAPA DE GOBIERNO – CON EL PENSAMIENTO Y ACCIÓN DEL GOBERNADOR DANIEL SCIOLI; y
3-      Por lo tanto resulta imprescindible – estratégico- “para ir por más” alinear y cohesionar ya la estructura propia para, de esta manera, frente a la primera “oposición” interna imponer una derrota política importante a los intereses que DANIEL SCIOLI representa.

LOS PRECANDIDATOS Y EL MODELO

La hilera de precandidatos representativos del Kirchnerismo alentó sus expectativas político-presidenciales desde un posicionamiento discursivo casi homogéneo y coincidente en el análisis tanto de la etapa desarrollada como de la visión de futuro. Esa homogeneidad discursiva tanto de pensamiento como de acción futura, más allá de los matices propios inherentes a cada uno de ellos, resultó el primer indicador del modelo de “construcción colectiva” que el Kirchnerismo – no sin falencias y debilidades- ha tratado de producir desde el inicio de su gestión. De modo similar en sus exposiciones desalentó desde el renunciamiento colectivo también aquellas expectativas personales para darle curso a un encolumnamiento orgánico detrás de la representación de Florencio Randazzo.
No es materia de este análisis de coyuntura político electoral desentrañar o esbozar cuál ha sido, a nuestro entender, el logro cuantitativo y cualitativo que en el sentido de “construcción colectiva” el modelo kirchnerista ha logrado durante la etapa.
Durante estos 12 años de gestión la convivencia entre el Kirchnerismo Peronista (nacional y popular) y las corporaciones empresariales (liberalismo – mercantilista) solo ha sido posible producto del grado secundario de la confrontación que, aún en las situaciones de mayor virulencia, consiguió ser controlado por el gobierno garantizando la continuidad del modelo y canalizando la orientación del conflicto en un desenlace que estableciera  un puente de identidad entre los intereses en disputa y la masa social a la cual habrían de ir dirigidos los beneficios resultantes de dicho conflicto.

EL ESTADO Y EL MODELO

La representación de intereses tanto culturales como económicos de una determinada clase social, es en democracia, función de la gestión de gobierno. La orientación de dicha gestión es producto de la concepción ideológica primero y la decisión política después, el ámbito de decisiones y el órgano central es el estado y todas sus estructuras.
Lo paradójico de esta cuestión “democrática” del Estado es que según quien lo oriente la gestión puede ser tanto nacional y popular como oligárquico corporativa. Por eso en los 90 planteábamos la necesidad de “acumular poder popular” para pasar de una democracia formal y electoralista a una popular y representativa. De esto surge que la contradicción DEMOCRACIA ≠ CORPORACIONES no reconoce equivalencia ni sostén ideológico doctrinario y no se compadece con la realidad que sintetiza intereses contrapuestos.
Por lo tanto el hecho de intentar consolidar este modelo y la orientación implica en sí mismo agudizar la confrontación y la acumulación de poder popular (empoderamiento).
¿Cómo será posible “consolidar”, en el futuro sin la base sólida de la definición y enunciado de una “ETAPA SUPERIOR”? ¿Y si esa ETAPA SUPERIOR es la estrategia para “CONSOLIDAR” en el futuro: ¿Qué proyecto y qué liderazgo garantizará tal objetivo? Más concretamente, si la imposición cultural en la etapa democrática superior que viene depende de la construcción ideológica (colectiva y popular) y preguntamos ¿Qué referente de probada doctrina y compromiso asumirá la responsabilidad política de profundizar y garantizar la consolidación del proyecto nacional y popular?
LO QUE ESTÁ EN DISPUTA EN LA PROXIMA ELECCIÓN PRESIDENCIAL ES LA IDENTIDAD IDEOLÓGICA Y REPRESENTACIÓN DE INTERESES DE LA FUTURA ETAPA DE GOBIERNO.
El sistema ha hecho conocer a través de su menú electoral quienes en mayor o menor medida, son los referentes que representan sus intereses. Macri, Scioli, Massa son las referencias políticas que ha intentado instalar mediáticamente desde mediados del 2014 hasta la fecha. En ese orden y prioridad habiendo evaluado la situación actual la corporación ha resuelto desalentar definitivamente a Massa, subordinándolo a secundar a Macri y “convencer a la opinión pública” que la disputa electoral de octubre es con Scioli. Ese resultaría obviamente el escenario ideal que provocaría la primer derrota al modelo kirchnerista.
El Kirchnerismo ha manejado sus propios tiempos con paciencia – para algunos sectores internos en extremo – y ha considerado oportuno mantener a su tropa sin manifestarse. En esto último creemos que hay un “oportunismo” divergente entre algunas agrupaciones del FPV y la intencionalidad de la conducción. El gobierno no ha permitido, con buen criterio y decisión, que los medios de información (actores económicos interesados junto a la corporación opositora) le impongan la agenda y el tiempo político electoral.
Dolorosamente para los intereses de los grupos concentrados de las corporaciones monopólicas u oligopólicas y el bloque político – mediático que sustenta “en público
“su proyecto de exclusividad sectorial de clase, la administración de gobierno no ha claudicado en su intento de reivindicación y reconocimiento social “de la masa”.
DURANTE ESTA ETAPA EL SISTEMA NO HA CONSEGUIDO DISCIPLINAR AL MODELO IMPULSADO POR EL KIRCHNERISMO.
Esta apreciación conduce a considerar que debe interpretarse en el análisis que los resultados electorales favorables al Kirchnerismo que han legitimado su conducción de gobierno han sido función de las decisiones político ideológicas que tanto fronteras hacia adentro como en el universo geopolítico internacional ha tomado con coherencia y responsabilidad.
Ninguna otra fuerza política en los últimos cuarenta años ha sido capaz de saber implementar e instrumentar tanto cadena de valores de re significación institucional y dignificación social como a sí mismo responder y complementarse adecuada - y tácticamente - a las condiciones desfavorables que en sentido opuesto el sistema intentó generar continuamente como método de confrontación - y barrera - social, desgaste político y degradación y destitución institucional.
El Kirchnerismo ha logrado encauzar demandas sociales dispersas pre existentes a su gestión y también, cuantitativa y cualitativamente, hacer crecer la conciencia político social y profundizar el debate ideológico en los diferentes sectores.
Esto solo, de por sí, ha generado un avance en las condiciones objetivas del desarrollo histórico y alienta a quienes intentan representar los intereses de la clase trabajadora y el pueblo a avanzar en el sentido de esta construcción, intentando mejorar el modelo de acumulación desarrollado por esta experiencia política.
Sobre este logro no puede haber, tanto para la mayoría de la sociedad como para el proyecto de país que se intenta construir, otro vaso comunicante en la actual etapa, más válido que el Kirchnerismo. Resignar ese cuadro de situación significará, entonces, imponerle al desarrollo logrado un retroceso cuyas implicancias y magnitud no podrá ser calificado, y cuantificado, hasta que la derecha, corporativamente opositora, con Macri (por convicción) o con Scioli (por necesaria claudicación) imponga y restituya su proyecto ideológico.
Cuanto más a la derecha consiga la estructura todavía dominante del sistema, llevar al conjunto del electorado a través de la oferta de sus candidatos presidenciales, más a la derecha estará la futura disputa ideológica y la consiguiente administración de gobierno.
La confrontación de los dos modelos antagonizará, al punto que el único que puede ser derrotado es el peronismo kirchnerista, por cuanto en caso que Macri pierda las elecciones tanto él como el sistema tienen sobrevida garantizada. Debido a que su núcleo dominante, es decir su poder y su nudo de relaciones económico financieras y la interdependencia de todos sus ámbitos socio-político-culturales-laborales no desaparecerán en la etapa siguiente, ya que eso solo se reconoce como parte de un proyecto aun superior.
Para el gobierno y los intereses sociales populares el triunfo electoral será una gran batalla en caso de ganar, pero resultará en una derrota incalculable en caso de perder. Para el sistema la derrota de octubre representará un traspié electoral de mayor magnitud a los anteriores resultados pero no mellará su poderío ya que su estructura solo se resiente con el crecimiento de la toma de conciencia por parte del conjunto de la sociedad. Por lo tanto la polarización que, desde afuera, se ha planteado se dirime desde adentro. Habrá final de ciclo sea Macri o Scioli el elegido. La única chance de sobrevida y futuro que el kirchnerismo tiene está en el triunfo electoral de su referente.

LA LEGITIMIDAD Y EL MODELO

De aquí es que surge la primera conclusión pre electoral en cuanto a la definición interna del Kirchnerismo.
Si el Kirchnerismo ha sabido sistematizar el antagonismo como método de confrontación político social con la derecha, con buenos resultados y en todos los ámbitos de debate, y la derecha ya ha conseguido consensuar e imponer su candidato electoral; genuino por extracción de clase y por probada administración institucional en su rol de jefe de estado y gerente empresarial capitalista ¿Por qué debería UN SECTOR DEL KIRCHNERISMO PLANTEARSE INTERNAMENTE UNA OPCIÓN PRESIDENCIAL POR DERECHA QUE INTENTE COMPETIR CON MACRI?
En realidad lo que debemos interpretar y asumir es que existe en el Kirchnerismo y su amplio espectro de composición y adhesión algunos espacios (¿mínimos?) que mantienen y tributan a una práctica política interesada. El Kirchnerismo más puro no ha sabido/querido/podido desmontar esta práctica y cuya concepción de la política pasa en esta- oportunidad- por tratar de conservar a cualquier precio lo que han sabido conseguir, reclutar, captar o cooptar en lo personal y, en el mejor de los casos, en lo mínimamente colectivo a través de la bandera de alguna agrupación y haciendo publicidad político - mediática para garantizarse a futuro una cuota de poder que asegure su continuidad en algún lugar de la política institucional.
Ahora bien, ¿necesita el sistema o le conviene otro candidato por derecha? No lo necesita; PERO LE CONVIENE. Reiteramos, cuanto más a la derecha se posicione la oferta electoral, más corto será el desarrollo para re instalar el proyecto noventista.
Si el Kirchnerismo, en su amplia mayoría social, suscribe la plataforma de gobierno gestionadora de reivindicaciones sociales, populares y lograda de manera evidente durante doce años en el ámbito nacional, y sustenta con su apoyo y compromiso la base electoral del 30/35% cautivo del modelo Peronista/Kirchnerista ¿Dónde, porque y con qué se ha dado origen a la “legitimación” de Daniel Scioli para la máxima aspiración institucional?
La legalidad institucional es ampliamente garantista y de extrema amplitud democrática para que no exista ningún tipo de limitación o coerción reglamentaria que impidan a cualquier aspirante interesado presentarse como candidato a cualquier responsabilidad político institucional a través de un acto electoral. Este marco regulatorio y reglamentario muestra la letra y el espíritu de legalidad formal que la legislación brinda y garantiza.
Sin embargo no es el marco regulatorio y reglamentario de la ley el que “legitima” y le da “validez” a las aspiraciones de un dirigente. Ni siquiera es esa misma categoría dirigencial la que habilita una expectativa político institucional. La “legitimación” no debiera ser nunca fruto de la sostenida ambición personal. La “legitimidad” la da (o la quita) la (in) acción y gestión político institucional. La degradación extrema de la vocación y actividad política llegó también de manos de los 90. Adecuar las formas es mucho más fácil y ligero que recomponer el fondo.
Hasta la actualidad ninguna fuerza política ha conseguido sustraerse por completo a la descomposición doctrinaria y contaminación ideológica que el fenómeno de la banalización farandulera produjera hace ya veinte años.
El Peronismo Kirchnerista reconoce este vicio en muchos de sus aspirantes.

CARACTERIZACIÓN DE DANIEL SCIOLI

Daniel Scioli es un emergente del período de máxima degradación de la actividad y representación política de los años 90, conocido como “menemato”, y cuyo objetivo principal fue complementar en democracia el integral saqueo institucional que la dictadura del 76 al 83 impuso a través del terrorismo de estado. Los 90, también conocidos como “segunda década infame”  (perversamente mejorada) produjeron una devastación social como no registrara ningún período anterior en la historia política nacional.
Algunas de las secuelas del menemismo aún sobreviven con mayor o menor intensidad y suelen recobrar esporádicos alientos en los distintos ámbitos de la vida política y social a favor de los miserables intereses que trata de instalar algún sector afín a esta concepción fraudulenta impostora y antinacional.
Dos recordatorios significativos pueden resultar válidos para intentar sintetizar la subcultura impuesta durante el período de los 90. Primero el descarnado e impune sinceramiento de Carlos Menem al confesar “… si hubiera dicho lo que iba a hacer no me votaba nadie…” y, segundo, el gran logro social sintetizador de los intereses de dos clases históricamente irreconciliables “PIZZA CON CHAMPÁN” que apareció como eslogan publicitario de la coronación de aquella etapa: ¿y que sintetizaba? La rancia complicidad de intereses de un gobierno corrupto sin la mínima integridad moral asociado a las corporaciones que representaban – y representan antes como ahora – la patria contratista y privatizadora. Amplios sectores de la sociedad suscribieron el modelo del derrame y fueron cautivados por la escenografía mediática montada e implementada por los grandes medios a través de las mismas voces periodísticas, como en la actualidad, formadores de opinión y exponentes cotidianos del proyecto neoliberal.
De esa etapa dolorosa, trágica e inmoral junto a Palito Ortega, Carlos Reuteman y otros personajes del sector farandulero, de esa categoría de política chatarra es un emergente Daniel Scioli.
En ese enroque ideológico, populista-liberal, su participación social e integración no puede ser disimulada.  Su rol de complicidad fue de animado acompañamiento y su objetivo determinante en aquel momento “la absorción metodológica” y la orientación a futuro de cómo y con quién canalizar sus aspiraciones, las que crecieron y se desarrollaron – y conservan vigencia a través de la impronta menemista.
Empresario, tal como Macri, pero en este caso vinculado a la comercialización en gran escala de artículos para el hogar, exponente deportivo de la náutica, impulsó desde su actividad (tal como Macri desde el fútbol) la plataforma de lanzamiento que lo “popularizara” en su actividad futura. Su responsabilidad institucional en tándem con Néstor Kirchner resultó menos sorprendente que el triunfo electoral de la fórmula que, aun con un magro 22%, asumiera la conducción de gobierno el 25 de Mayo de 2003.
La convivencia político institucional entre la conducción estratégica del modelo (es decir tanto la mesa chica como el riñón kirchnerista) y Daniel Scioli no habría de superar nunca la relación de formalidad en función de la necesidad mutua de acuerdos políticos que en la medida que Scioli se asumiera subalterno de métodos y acciones le permitirían sobrevivir en un lugar del espacio político del incipiente entramado y desarrollo que Néstor Kirchner comenzaba a articular. En su rol vice presidencial entendió Scioli que era donde encontraría contención institucional y entendió también que en caso de incentivar la disputa con el kirchnerismo (principalmente con la figura de Néstor Kirchner) habría de resultar en el corto plazo un cadáver político. El rol de vicepresidente, cargo pasivo por naturaleza, le daba al menos una categoría de reconocimiento presidiendo la cámara alta.
Su disputa político personal con Kirchner, en función de su ambición presidencial, reconoce un quiebre definitivo en el 2007 cuando la conducción kirchnerista resuelve con buen criterio “jugar” la referencia institucional ya probada de evidente experiencia, desarrollo, compromiso y madurez militante personal de Cristina Fernández y destinar a Scioli a provincia de Buenos Aires.
Scioli creía, y consideraba, que su antecedente de poder residual menemista/duhaldista le daba margen y su pasiva espera después de cuatro años, lo habilitaban a la expectativa presidencial. La consideración personal del ex vicepresidente solo reconocía el argumento propio ya que ningún valor ni mérito lo hacían merecedor de tamaña expectativa en la máxima jerarquía política. La mirada retrospectiva pudo haberlo hecho pensar que, existiendo en el pasado inmediato anterior quienes con pocos méritos como él habían conseguido ejercer, casi graciosamente, la máxima magistratura de gobierno, nada lo inhabilitaba.
No deja de ser cierto que en la sonámbula sociedad de los años 2000 la crisis de representación de valores y liderazgos de las estructuras partidarias produjo un desasosiego y vaciamiento político institucional que ninguna fuerza o expresión pudo sintetizar generando una salida o respuesta que representara los intereses soberanos de país y de nación. De ese contexto extraía Daniel Scioli su especulación presidencial
Pero en el 2007 la coyuntura había cambiado y el país tambaleante, cadavérico y desarticulado intestinamente, próximo a la desintegración se reconocía y se reivindicaba contenido en una mirada “miope”, superadora que se había desarrollado inesperadamente, qué duda cabe de esto último, a partir de la decisión político-ideológica de un liderazgo personal carismático y comprometido con las raíces más profundas y válidas de la historia nacional.
El kirchnerismo albergó a Scioli en el territorio más importante del país, tal vez especulando con el dato estadístico que todavía nadie desde ese lugar preponderante ha llegado a presidir los destinos de la nación. Por alguna razón de sensibilidad personal fue Néstor Kirchner quién en realidad pudo haber propuesto a otro referente del kirchnerismo puro o no, ya que quién traccionaba los votos en esta elección era la figura de Cristina Fernández que el consenso social previo ponía ya en situación de coronación presidencial.
El período de gobernación provincial es el que más ha mostrado la esencia de lo que Scioli representa. Cada vez más alejado de la “sintonía fina” kirchnerista su posicionamiento está mucho más inducido mediáticamente por las corporaciones que como fruto de su actitud y resultados de su acción de gestión social.
Esa mimetización de Scioli definida por su entorno y lograda a través de la estructura mediática de los mismos medios que alientan y sostienen la figura de Mauricio Macri, reconoce además un análisis de sus propias manifestaciones y exposiciones de sus supuestos asesores y/o colaboradores actuales.
En cuanto a lo propio a partir de los errores de exposición pública cometidos principalmente durante el último verano, ha ido “oportunistamente” tratando de reubicarse en un plano discursivo afín a las posiciones doctrinarias filo kirchneristas peronistas, lo cual como se viera en el reciente acto de la capital Tucumana no consigue expresar ni tampoco consigue crear el clima de campaña proselitista que lo ubique de manera definitiva y carismática en su pretendido rol. Parecería que el auto reconocimiento de fraude discursivo-intelectual le provoca inconscientemente el recuerdo de su mentor: “… si decía la verdá…”, sumado a la propia incapacidad de articular ideas y transmitirlas con autoridad y convencimiento. Doctrinariamente Scioli carece de formación política (al igual que Macri) sin embargo podría suponerse que tantos años al lado del modelo lo habrían hecho ensayar una práctica e imagen política capaz de producir el mínimo enamoramiento. ¡No hay tal cosa! Scioli coherente y consecuente con su verdadera representación de intereses, habla y se instala con la misma precariedad que Maurizio Macri porque en realidad aunque diga algo consecuente con el peronismo él le está hablando al estrato social que interiormente representa y por lo tanto le resulta imposible producir una figura popular que emocione.
En esto Macri le saca ventaja porque la naturaleza de su discurso es absolutamente genuina y consecuente con sus intereses ideológicos. El no tener que disimular le genera la autenticidad que Scioli no ha logrado y que, por extensión, lo pone en evidencia.
Sus asesores políticos, y de imagen, no han hecho un buen trabajo doctrinario y corporal. Tampoco lo han hecho con la señora Karina Rabolini a quién con el indisimulado objetivo de emparentar el rol con Evita han “ubicado socialmente” como presidenta de la Fundación del Banco Provincia.
La Fundación Eva Perón, que remite necesariamente a la comparación que inescrupulosamente intenta montar Scioli y sus obsecuentes, llevó ese nombre porque llegó para reemplazar, primero, a la Sociedad de Beneficencia (rural y oligárquica) y, segundo, a constituir seriamente una herramienta de reparación social verdadera y no artificial.
Eva Perón no fue “Evita” por ser primera dama, algo que en realidad nunca le importó, sino que, al contrario, su tarea cotidiana, cargada de sensibilidad extrema excedió los marcos de la fundación misma para invadir todos los recovecos sociales donde hubiera una necesidad.
El entorno sciolista ofende y subestima la memoria colectiva y la conciencia histórica del peronismo, tratando de argumentar que resulta un infundio el intento de asociar a Rabolini con Evita. Lo que es un infundio es que crean posible no detectar tal grado de desagradable oportunismo o que la decisión no tenía esa intencionalidad comparativa.

ALGUNAS DE LAS REFERENCIAS POLÍTICO INSTITUCIONALES
QUE SE “JUEGAN” POR DANIEL SCIOLI

En su recaudación proselitista Scioli ya ha conseguido que algunos referentes se manifestaran abiertamente en su apoyo.
La CGT ha sido, además de su rol específico, históricamente un ámbito de convivencia político ideológico de reducido espectro donde las decisiones y resoluciones “doctrinarias” de sus congresos sintetizaron siempre la voz de la derecha del movimiento. Exactamente lo mismo puede decirse, y verse, con respecto al PJ. Ambas expresiones partidarias han tenido entre sí y, desde siempre más coincidencias que diferencias, por eso más allá de su significativa influencia tanto los dirigentes de una herramienta (sindical) como la otra (política) no han conseguido nunca deshacerse de la reconocida caracterización y categorización de “burócratas” que desde mediados de los años 60 y hasta la actualidad han conseguido “conservar” como resultado de sus compromisos y de sus luchas.
Resulta necesario hacer una salvedad para que la caracterización descripta se reconozca como regla y muestre su excepción, al menos en los últimos treinta años. En este tipo de generalizaciones puede parecer un atrevimiento desconsiderado una apreciación tan rígida y severa. Es cierto, pero tiene su intencionalidad ¿Cuál es?, fijar precisamente el lugar diferenciado que, entre tantos complacientes y burócratas, merece a nuestro entender Saúl Ubaldini. Un liderazgo sindical absolutamente respetable, aún en las marcadas diferencias que con él pudieron existir. En este contexto y, hecha la salvedad, algunos voceros sindicales han fijado su lugar de preferencia. Tal es el caso de Antonio Caló que, públicamente, manifestara su adhesión personal a la candidatura de Daniel Scioli.
Otro vocero prefirió el anonimato para “sindicalizar” su apoyo al gobernador; pero lo hizo de una manera mucho más coincidente y concordante con el espíritu del “reducido espectro” a que hiciéramos referencia. Mostramos el globo de ensayo lanzado para que muchos miren para arriba y que con intensión presunta alguien hace poco tiempo inventó-testeó-jugó con la idea conciliadora de la fórmula Scioli-Kicillof. La reacción inmediata de un dirigente carente de paciencia y sosiego político puso en evidencia la auténtica visión que del kirchnerismo tienen algunos de los anónimos voceros cegetistas: “… esa fórmula es imposible porque… Kicillof no es peronista…”. Parece que Scioli sí.
Además de prehistórica y macartista la descarnada transparencia pone en evidencia el “excluyente” posicionamiento de fe doctrinaria con que se manifiestan algunos dirigentes de la entidad cegetista que dicen representar los intereses de los trabajadores.
Algunos compañeros de la estructura sindical no se andan con chiquitas a la hora del “peronómetro”.
En esta misma línea de “identidad” se expidió públicamente, el actualmente recuperado de crisis político existencial, Martín Insaurralde. El intendente de Lomas de Zamora después del extravío que algún accidente le ocasionara que lo hizo creer que Massa aún estaba dentro de FPV y se aproximara a él para construir sus propias aspiraciones en la máxima de la provincia, consiguió reubicarse y, a través de una rápida acción con el terapeuta indicado, pudo recomponer la línea y autorizarse a considerar desde su demostrado compromiso coherente y consecuente, opinar: “… Daniel Scioli es el presidente que necesita el país para la etapa que viene. Que no es empezar todo de nuevo. Quiero que los argentinos votemos a favor”.
Sintetizada la línea de adhesión política y la visión de acción social como peronistas nosotros sabemos que lo político engendra lo económico por eso el final está asignado a esa materia. Previo a precisar la idea económica que, como parte del modelo sciolista esbozara uno de sus asesores en la materia, es válido considerar una cuestión de accesible constatación.
Tanto Maurizio Macri, como jefe de gobierno de la ciudad autónoma, y Daniel Scioli como gobernador de la provincia de Buenos Aires, han debido enfrentar como responsables de sus respectivos distritos, similar cantidad y calidad de conflictos en diversas áreas donde las exigencias y los planteos reivindicativos guardaban una marcada similitud. Áreas como la educación y la salud han estado en la vanguardia de las constantes demandas sociales y laborales que, a lo largo de ambas gestiones y de manera sistemática y reiterada, han aflorado y afectado continuamente las relaciones entre la gestión y la base social interesada. Producto de la incompatibilidad entre la acción demandante y la tozuda insensibilidad de la gestión, esas áreas muestran, de manera evidente, como otras en escala similar, el poco interés y la escasa preocupación que tanto en la educación pública como hacia la salud pública han tenido y tienen ambas gestiones.  Un dato no menor que los caracterizó coincidentemente: la empatía resolutiva de los conflictos por parte de ambos mandatarios guarda una estrecha relación y marcada coincidencia.
En cuanto a lo estrictamente económico, dice Scioli a través de Mario Blejer (asesor económico del señor gobernador): 1°) (debemos) “… volver al FMI”; 2°) “… hay que ir buscando la posibilidad de algún sustituto para hacer el impuesto más racional…” (referido a la soja y las retenciones), y 3°) “… negociar con los buitres…”.
Si esta administración pudiera sintetizar estos 12 años de gobierno en una decena de emblemáticas palabras seguramente FMI, SOJA (RETENCIONES)Y BUITRES figurarían, sin duda, en el encabezamiento de esa tabla de valores simbólicos. El gobierno, y el pueblo que suscribe su proyecto, conocen las consecuencias que ocultan el anuncio económico de Scioli.
Scioli es al FMI y a los buitres exactamente lo mismo que Maurizio Macri.

SÍNTESIS Y CONCLUSIÓN: DOS MODELOS DE PAÍS

Si la disputa en las PASO pudo haber sido:
Uribarri ≠ Scioli
Taiana ≠ Scioli
A. Rossi ≠ Scioli
A. Fernández ≠ Scioli
Etc. Etc. ≠ Scioli

Y tal como es Randazzo ≠ Scioli se desprende que en todas y cada una de las imaginarias (y posibles) confrontaciones planteadas, los mencionados en primer término son referentes consecuentes y comprometidos de “PROBADO KIRCHNERISMO”. Quienes además de historia personal e identidad peronista han mostrado “la cuota de humildad” para encolumnarse “colectivamente” detrás de otro compañero-candidato kirchnerista que puede sintetizar mejor, o no, el discurso proselitista de campaña, pero de lo que no hay duda es que expresará el mensaje político discursivo con las mismas convicciones que pondrá en práctica en la próxima administración de gobierno.
El encolumnamiento de los precandidatos kirchneristas fue referencia individual, primero, y luego expresión colectiva sintetizada hoy en Florencio Randazzo. Esta línea de pensamiento y acción futura es compatible con el modelo que, durante doce años de gestión kirchnerista, no se dejó doblegar por el poder corporativo y sus aliados.
Ese “encolumnamiento” colectivo detrás de otro referente kirchnerista es expresión colectiva de un modelo colectivo que contiene expectativas colectivas y cuyo objetivo estratégico colectivo es convertir al modelo colectivo en PROYECTO COLECTIVO POPULAR DOMINANTE en la próxima etapa de gobierno.
Por esta definición estratégica es que, tanto hacia adentro del FPV, como hacia afuera de la administración y etapa kirchnerista-peronista conviven dos modelos de país que confrontarán en las PASO primero y luego en las elecciones definitivas de Octubre.
El peronismo kirchnerista ha trazado un puente comunicador entre su candidato y la “masa social” que representa. Serán LAS AGRUPACIONES POLÍTICAS las que deberán traccionar el mensaje y la dirección del mismo para no quedar expuestas en una sintonía distinta a la que, por amplia mayoría, se manifiesta ya en favor del “TREN DE LA VICTORIA”.

La original metáfora proselitista es tan simbólica como descriptiva. Expresa en esta coyuntura electoral el vehículo movilizador de los intereses sociales que el peronismo kirchnerista representa y cuyo destino siguiente está, qué duda cabe, en Balcarce 50.