sábado, 16 de noviembre de 2013

Murga Peronista

COMPAÑERA EVITA
Que suene el bombo, con nostálgico compás
para que el alma vibre con gran emoción
que los murgueros estamos por recordar
a la que es nuestra jefa espiritual.
Fuiste querida de la barra popular
fuiste ejemplo de lealtad al General
por los grasitas diste todo compañera
nos enseñaste la justicia y lealtad
ESTRIBILLO
A la compañera Evita
que nos mira desde el cielo
un saludo muy sincero
de sus hijos los murgueros
(2 veces)
Un diecisiete vibraste con emoción
junto a tu pueblo luchando por Perón
y desde allí a tu puesto en la Fundación
por los obreros diste todo el corazón.
Y los que fuimos tus privilegiados
herederos de tu revolución
hoy te decimos, querida compañera
estamos todos junto al pueblo y con Perón.
A la compañera Evita
que nos mira desde el cielo
un saludo muy sincero
de sus hijos los murgueros.
En el cielo hay un cartel escrito con devoción
la compañera nos dice "Sean Leales a Perón"
Eva Perón, tu corazón nos acompaña sin cesar
te prometemos nuestro amor,
con juramento de lealtad.


Murga Peronista

Que el cuerpo vibre con gran emoción
que los murgueros estamos por recordar
a la que es nuestra Jefa Espiritual.

Siempre querida por la barra popular
fuiste un modelo de lealtad al General
por tus grasitas diste todo Capitana
el gran ejemplo de ternura y humildad

A la compañera Evita 
que nos mira desde el cielo
un recuerdo muy sincero 
le brindamos los murgueros.

El 17 tu alma se confundió
con tus muchachos luchando por Juan Perón
y desde allí a tu puesto en la Fundación
por los humildes luchaste con devoción.

Y los que fuimos tus privilegiados
herederos de tu gran vocación
no te fallamos querida compañera
luchamos juntos por la Patria y por Perón

A la compañera Evita
que nos mira desde el cielo
un recuerdo muy sincero
le brindan los Montoneros.

Y en el cielo un gran cartel
escrito con emoción
la Capitana nos dice
sean leales a Perón

Perón, Perón, que grande sos
nos acompaña sin cesar
le prometemos nuestro amor
en juramento de lealtad


Viva Perón, carajo!!

DEL CORAZÓN DEL PUEBLO AL REGRESO DEFINITIVO

Relato extraído del testimonio de un compañero de la organización Montoneros.

“… A las diez de la mañana del 14 de Octubre de 1974 me junté con Pancho para recibir instrucciones sobre una operación súper secreta. Pancho era un tipo tan simple como fraterno, sereno y enérgico. Curtido en acciones militares y portador de una capacidad firme y sólida. Me dijo: A partir de este momento estás en operaciones. No tenés que contactarte con nadie excepto con M. con quién te vas a reportar a las 18 horas en una cita que ya está prevista. La única incorporación que falta en el equipo de ustedes es un compañero cuya designación es responsabilidad tuya y sobre quién, por supuesto, tenés que garantizar las condiciones operativas.
Me dio todas las indicaciones de todos los elementos que resultaba necesario conseguir. Me adelantó los recursos económicos y me puso en tema sobre “EL CAMIÓN”.
Me informó que M., como responsable de nuestro grupo tenía la tarea de “contratar” un camión. ¿Por qué “contratar” y no “levantar” o “apretar” para conseguirlo? Muy simple; no podíamos andar con un camión por toda la ciudad durante 24 horas y correr el riesgo de que fuera detectado y pudrir la operación.
Por lo tanto era necesario conseguir un camión ¿PARA QUÉ? A través de un adherente o simpatizante a quién contactar y sobre la base del compromiso y la confianza política se aviniera a solucionarnos la necesidad.
La JTP tenía un interesante trabajo político desarrollado en el CORRALÓN DE VILLAS que está en Avenida Gaona y Segurola en el barrio de Floresta. Allí se guardaban los camiones recolectores de basura que trabajaban en toda la zona de influencia. Algunos de esos camiones formaban parte del stock municipal y otros eran contratados en función de las necesidades. Operar sobre un camión del stock, aunque el chofer y el resto del servicio fueran simpatizantes era imposible, pero en cambio sobre alguno de los camiones contratados era factible.
Así fue. M. es un compañero que venía de la etapa anterior. Integrante junto a Osatinsky de uno de los brazos fundadores de las FAR, tenía muchas relaciones políticas y personales en el corralón.
No resultó difícil, luego de evaluar a quién, contactar y contratar al chofer y dueño que debía entregar el camión para colaborar con la Tendencia.
Desconociendo por completo el objetivo, asumí la tarea encomendad de proveer los materiales y recursos necesarios. Contacté a T., un compañero media generación mayor que la nuestra y que tenía una probada práctica y responsabilidad operativa. No necesitaba instruirlo de nada, ni siquiera que, en ese momento, estaba bajo mis indicaciones.
T. es un compañero que venía de las FAL y, más allá de su formación política, vinculada obviamente a la izquierda revolucionaria - no peronista- había tomado la decisión de incorporarse a nuestra orga desde hacía un año. Algunas actividades menores habíamos desarrollado juntos. A veces se atascaba en las discusiones teóricas. Perfil común que suelen tener algunos compañeros que suscriben al peronismo, mal que les pese. Pero más allá de eso es honesto, consecuente y decidido. Y con el tiempo me demostró de manera personal, tenerme en un alto grado de confianza y seguridad política.

Avanzamos en cumplir las indicaciones que nuestra tarea requería y a las 18 horas nos reportamos ante M. A la cita, para sorpresa mía, también fue Pancho. Inmediatamente me di cuenta que lo hacía para garantizar que nada quedara “suelto” y comprobar personalmente que todo estaba en orden. Repasamos de manera conjunta todo lo que se nos había indicado y recibimos la última orden: a partir de ahora vos y T. se guardan y a las 22 en punto se juntan con M. en la pizzería de Santa Fe y Thames, en frete a la rotonda de Plaza Italia.
Nos despedimos. M. esbozó una pequeña sonrisa. Y, más intrigados, nos fuimos a la casa de T. a guardarnos hasta el momento indicado.
A las 22 en punto, con la ansiedad controlada, estábamos sentados en la pizzería. Recordemos que, ya para entonces, las citas se cumplían puntualmente. Y en el caso de que por cualquier motivo cayera una requisa teníamos que tener armado un “minuto” sólido y convincente. A las 22:15 ya no nos cabía un alfiler en el culo. Al principio, confiados y distendidos, el paso del tiempo (¡eran minutos nada más!) nos fue poniendo en clima, no de inseguridad pero sí de tensión.
A las 22:25 llegó M., la puntualidad nunca fue su fuerte. Salvo en situaciones muy extremas. Ésta parecía no ser una de ellas. Sin embargo…
Nosotros, para matizar, habíamos pedido una cerveza que estábamos tomando cuando M. llegó. Se sentó al lado de T. y enfrente mío. Pedimos otro vaso y, entonces, dijo: Vamos  brindar. Nos llevamos el cajón con el cadáver de Aramburu para cambiarlo por el de Evita.
“MONTONEROS NECRÓFILOS” publicó en su portada, al día siguiente, el diario del marino- golpista- Francisco Manrique.
El gobierno de Isabel y López Rega, presionados por la andanada civil y militar, no tuvo más remedio que acceder a nuestra demanda y 72 horas después, los restos de nuestra compañera llegaron definitivamente a la Argentina.
Habían pasado 19 años de su vejación y profanación. El intento de secuestro y desaparición había sido abortado por la inclaudicable lucha popular.
Con el tiempo, me enteré de algunos pormenores de aquella histórica reivindicación.
Fuimos tres equipos, totalmente compartimentados, los que funcionamos en esa operación. En total 12 compañeros. Nuestro grupo se encargó de las tareas relatadas. Un segundo grupo, se encargó del traslado del féretro conjuntamente con quienes habían “trabajado” dentro de la Recoleta, forzando la puerta lateral y la del lugar donde se encontraba el cajón. Y un tercer grupo, se encargó del lugar de depósito y su custodia.
De éste último grupo supe, con los años, que otro compañero (“C.”) había sobrevivido.
Tanto M. como T. sobrevivieron en el exilio. M. consiguió salir del país a fines de 1977 y recluirse en Holanda. De allí volvió clandestinamente en 1985.  Todavía era buscado por el bando de detención promulgado por el gobierno de Alfonsín. Retornó definitivamente en 1993.
T. sobrevivió en un exilio interno. En un embute propio que le permitió atravesar la larga noche de la dictadura.
C. y yo atravesamos los campos de concentración de uno, al menos, nunca supieron ni imaginaron los militares genocidas su participación en tan emocionante reparación y reivindicación para el pueblo peronista.”


COMPAÑERA EVITA

QUIENES FUIMOS TUS PRIVILEGIADOS, CRECIMOS DURANTE LA RESISTENCIA, NOS FORMAMOS EN LA GLORIOSA JP, SOBREVIVIMOS A LA DICTADURA GENOCIDA, RESISTIMOS A LA ENTREGA DE LOS 90, LUCHAMOS CONTRA LA TRAICIÓN MENEMISTA Y ACOMPAÑAMOS EL PROYECTO NACIONAL, POPULAR Y DEMOCRÁTICO, HOY VENIMOS A DECIRTE QUE NO TE FALLAMOS QUERIDA COMPAÑERA.
VOLVIMOS Y SOMOS MILLONES.
SABEMOS QUE EL SISTEMA APUNTA AL FINAL DEL CICLO EN EL 2015. POR ADENTRO Y POR AFUERA DE NUESTRO GOBIERNO APUESTA A DERROTAR EL MODELO. PERO, A DIFERENCIA DEL 2000, QUINCE AÑOS DESPUÉS NOS ENCONTRARÁ UNIDOS Y ORGANIZADOS.
COTIDIANA E INCLAUIDICABLEMENTE -COMO SIEMPRE- NOS MANTENEMOS DE PIE JUNTO A LA COMPAÑERA PRESIDENTA Y A LA JUVENTUD PERONISTA CONTRA LA OLIGARQUÍA, LOS CIPAYOS Y TRAIDORES PARA CONSTRUIR DEFINITIVAMENTE LA PATRIA JUSTA, LIBRE Y SOBERANA.
TU PRESENCIA Y TU ESPÍRITU INUDAN LAS CALLES DE LA PATRIA Y EL GOBIERNO PERONISTA VUELVE A REPRESENTAR LOS INTERESES DE LA CLASE TRABAJADORA Y DEL PUEBLO.
EL PERONISMO SERÁ REVOLUCIONARIO O  NO SERÁ NADA.
HASTA LA VICTORIA

AGRUPACIÓN RODOLFO WALSH

20 de Junio Regreso de Perón y la juventud maravillosa

20 de Junio Regreso de Perón y la juventud maravillosa
“LA MASACRE DE EZEIZA”

Aquél 20 de junio de 1973 debió haber sido una jornada de júbilo y festejo popular. Única. Incomparable. La dimensión emocional de aquél reencuentro debería provocar los desbordes de lágrimas, alegría, risas, euforia y nuevamente llantos descontrolados.

Desde aquél 16 de septiembre de 1955 cuando se produjo el golpe que derrocó su gobierno y provocó el exilio del Gral. Perón, el pueblo peronista vivió pensando y alentando tres reivindicaciones máximas: el juicio a os traidores, la recuperación del cadáver de EVITA y el regreso de Perón a la Patria.
Este último objetivo estaba por cumplirse. Después de 18 años el general volvería al país y a reencontrarse con su pueblo.

Desde la noche anterior nutridas columnas se fueron acercando al lugar donde se había m el gran palco de casi 20 metros de altura por 50 metros de ancho y 5 metros de profundidad. Puente 12 fue el escenario elegido. Próximo al aeropuerto Internacional de Ezeiza donde a las 14 horas arribaría el avión que traería al Gral. Perón definitivamente de regreso.

El día pareció ser peronista. Amaneció con sol aunque parcialmente nublado y con frío. Desde muy temprano la ciudad, y fundamentalmente los suburbios, parecían un corazón agitado.

Estaba previsto que se podía llegar con vehículos sólo hasta Ricchieri y Gral. Paz, luego había que ir caminando. Sólo los vehículos oficiales o de emergencia podían transitar desde dicho cruce hasta el palco, o hacia el aeropuerto.

Las crónicas de la época hablan en cuanto a concurrencia en una franja muy desigual: los “conservadores” citan dos millones; los “objetivos”? tres millones, mientras los más eufóricos llegaron a hablar de cinco millones de personas movilizadas.

Lo cierto es que nunca antes y nunca después se vivió en nuestro país una marcha semejante. Las vastas columnas organizadas con sus carteles por delante compartían el camino con muchos peronistas “de a pié”. Aquella avenida Ricchieri y sus adyacencias fue una sola marea de gente, de pueblo peronista que avanzaba cantando al re encuentro “soñado”. En ese océano de gente por sus costados, por delante, por detrás distintiva de bullanga y fortaleza, de conciencia y corazón, desbordando euforia y compromiso marchaba la gloriosa JP.

Decíamos entonces: … “se cumplió un sueño. El sueño de viejos peronistas que allá por el 55 no se rindieron. El sueño de sus hijos…”. Los viejos y jóvenes peronistas que creyeron que ese sueño era posible y necesario. El sueño de VALLE, de los REARTE, de ABAL MEDINA, de ATILIO LÓPEZ, de ONGARO, de SAVINO NAVARRO, de los hermanos LIZASO y de tantos peronistas anónimos que dieron su vida por ese sueño.

Y que ya hecho realidad, ese mismo día, la seguirían dando!

El palco estaba “garantizado” por la gente de López Rega: OSINDE, BRITO LIMA, la derecha pseudoperonista y parapolicial-militar.

Alrededor del medio día y desde el palco, sonaron las primeras ráfagas de ametralladoras que encontraron a la gente totalmente desprevenida e indefensa. Quienes iban caminando hacia el palco descubrían que algo estaba pasando porque comenzó el tránsito incesante de las ambulancias con sus sirenas en extremo pidiendo paso.

A las 13:30 se produjo el segundo ametrallamiento. Nuevamente desde el palco. Se escuchaba la voz confusa y desconcertada de Leonardo Favio, que a cargo de la locución pedía por el micrófono que se bajaran de los árboles porque (o donde) había francotiradores.

Durante un rato muy largo reinó la confusión y el desbande. Sin saberlo, todos sabían, que eran las bandas de la derecha instaladas ya en el gobierno las que “provocaban” y alertaba con su ametrallamiento lo que vendría.

El avión de Perón fue desviado a la base de Morón donde aterrizó en tiempo y forma. Pero no hubo re encuentro. Ni sueño cumplido.

Recuerdo aquél largo regreso caminando hasta el micro (ómnibus). Cuatro o cinco kilómetros de conjeturas, puteadas, llanto, bronca. Desazón y tristeza. Intuía… mos de qué se trataba. Algunos hechos anteriores nos indicaban que la cosa no estaba bien o, al menos, tan bien como se la quería hacer aparecer. Nunca imaginamos tal alarde de siniestra y desembozada confrontación.

Aquella jornada estuvo - y está - entre las peores de la historia peronista. Sin embargo su comparación no tiene simetría. Porque fue instigada y ejecutada desde adentro de la estructura político-institucional del peronismo.

Del esperado re encuentro nació el desencuentro. El peronismo fraccionó en dos sectores irreconciliables y antagónicos. Si bien las bandas de la derecha y sus ejecutores eran pocos lograron su cometido. Llevaron a la “juventud maravillosa” y sus organizaciones populares a una encerrona de la que no supimos salir. Las muertes de la emboscada de aquel día conocida como “LA MASACRE DE EZEIZA” fueron el antecedente provocador y elocuente de lo que vendría después.

Ese 20 de junio de 1973 marcó el inicio de la ofensiva de la reacción antipopular institucionalmente instalada en el gobierno.

Su continuidad represora - legal e impunemente instituida -tendrá una etapa superior planificada por la dictadura del ´76 cuyas puertas se abrieron aquella tarde del 20 de junio de 1973.

AGRUPACIÓN RODOLFO WALSH
Mar del Plata

SIETE DE SEPTIEMBRE 1970 - 2013

El “Tucho Valenzuela, oficial de la Organización Montonero, fue “levantado” en la ciudad de Mar del Plata el 1 de enero de 1978 y llevado inmediatamente a la “Quinta de Funes” en la ciudad de Rosario. Funcionaba allí, en las afueras de la ciudad, uno de los “emprendimientos” más audaces y ambiciosos de la dictadura. Como campo de concentración bajo la esfera de control del V Cuerpo de Ejército y con dependencia directa y personal de Leopoldo Fortunato Galtieri, la experiencia desarrollada por dicha fuerza con los compañeros detenidos- principalmente de la columna Rosario aunque los hubo de otras zonas también- sirvió para mostrar la más profunda miseria humana y también la más elocuente demostración inquebrantable compromiso, lealtad, desinterés personal i por sobre todo fijó como valor militante - en ese contexto - la inclaudicable generosidad de espíritu de resistir en las condiciones más extremas despojado de todo interés de “ sobrevida “ personal. Como oficial de la Organización el Tucho tenía “acceso” a la conducción nacional; en ese momento en el Distrito Federal (Capital) de Méjico. Ese “dato” ponía a Valenzuela en un lugar de “privilegio” con respecto a las intenciones de Galtieri y compañía. Resulta oportuno y necesario recordar que Tucho “cae” junto a su compañera Raquel Negro - embarazada - y con un hijo de ella. Los pormenores de esta situación han sido históricamente retratados y relatados de manera incomparable por otro miembro de la Organización, Miguel Bonasso, en ese libro-material-documento que es RECUERDO DE LA MUERTE y que hace pie centralmente en la perversa y diabólica maquinaria genocida, su proyecto de exterminio básicamente en la ESMA y la fuga del “Pelado Dry “de la misma. Todo cuanto aquí contemos es de conocimiento público aunque no tanto como quisiéramos. Tucho Valenzuela fingió, después de un tiempo de detención, estar dispuesto a colaborar con el enemigo, y a viajar, con una “patota” militar a Méjico para “entregar” a la conducción. En la quinta de Funes quedaría como rehén, para “garantizar” el cumplimiento de su de cisión, su compañera (recordemos embarazada de “su” hijo) y el hijo de ella. No nos extenderemos en contar los “detalles” de aquel episodio que atravesó las fronteras de nuestro país y generó un conflicto diplomático con Méjico por la detención de los miembros de la “patota” militar por parte de las fuerzas policiales de dicho país. Resulta obvio que “el Tucho” no sólo no entregó a la conducción montonera sino que además “conferenció “públicamente el motivo de su presencia en Méjico. Fronteras hacia adentro - es decir en nuestro país - la repercusión de dicho episodio obviamente fue inexistente. Salvo algún mínimo recuadro distorsionado informativamente nada de lo sucedido se habló al respecto. Tanto la dictadura como Gatieri, gestor del proyecto, no fueron “denunciados” por los medios. Convengamos que resultaba imposible que así ocurriera.
El Tucho Valenzuela escribió a Galtieri una detallada carta poniendo de manifiesto su inequívoca decisión de revolucionario inquebrantable cuya moral no podía ser “comprada” ni aún al más alto precio de la vida propia y de los suyos. Aquella misiva puso en evidencia la especulación de los miembros de la dictadura quienes creían - como todavía ocurre con alguna gente - que TODO SE COMPRA Y TODO SE VENDE.
El Tucho murió poco tiempo después como parte de la contraofensiva fue detenido entrando al país y ejecutado.
No es intención de esta recordación sacar conclusiones políticas de hechos como la contraofensiva. Nuestra opinión al respecto ya ha sido debidamente volcada en varias oportunidades. Con este relato acotado intentamos fijar un mojón valioso que tiene su correlato 35 años después y con otra disputa epistolar.

2013

Hace pocos días tomó estado público, porque esa era su intención, una denuncia cuya mentor es el ex fiscal de Mar del Plata Gustavo Demarchi quién permaneció fugado en el exterior hasta hace poco tiempo y luego de su extradición desde Colombia se encuentra detenido esperando un próximo juicio como parte institucional del terrorismo de estado.
El ex fiscal no sólo desempeñó funciones antes y durante la dictadura, lo cual no sería motivo suficiente para ser enjuiciado como cómplice del genocidio, sino que fue miembro de la CONCENTRACIÓN NACIONALISTA UNIVERSITARIA, agrupación que, tal como su nombre lo indica operó sobre el ámbito universitario siendo responsable en su momento del asesinato de la estudiante Silvia Filler, hecho ocurrido en la Facultad de Arquitectura durante el año 1971 en la ciudad de Mar del Plata. En dicha - presentación pública - el ex fiscal dice ser actualmente un preso político producto de una causa “armada” y cita como responsable principal de este armado judicial al oficial montonero Edoardo Soares, militante de la Organización en la ciudad de Mar del Plata en aquél momento y de la que es oriundo.
Gustavo Demarchi se explaya abundantemente en su relato personal y profesional pero fija sus dos pies en la inexorable claudicación extrema de estos personajes. Evade su responsabilidad derivando en otros su protagonismo como funcionario - o acusándolos indirectamente - poniendo en evidencia su intento de preservación en el marco institucional. Muestra su mayor bajeza humana no reconociéndose como integrante de la estructura del CNU que junto a Piantoni y otros miembros reconocidos de la ciudad integraba. No se acepta como parte conocida y reconocida públicamente en el ámbito local de la estructura que sirvió de base informativa y operativa de los grupos de tareas tanto durante los gobiernos constitucionales de Perón e Isabel como durante la dictadura. A dicha “aparición pública” ampliamente difundida debía necesariamente llegarle su respuesta. En ese sentido el militante montonero Edoardo Soarez responde desde un lugar ideológicamente antagónico al del ex fiscal.
El distintivo, y distinguido relato del oficial montonero fija su diferencia no sólo en las formas sino fundamentalmente en el “fondo” de la cuestión. Dice Soarez como concepto e idea central (no es literal): “siento el más profundo orgullo de haber sido miembro de la Organización Montoneros, lo cual sigo sintiendo igual y lo cual seguiré sintiendo hasta el último de mis días, cumpliendo el compromiso histórico que demanda la muerte de tantos compañeros que dieron la vida en la lucha por la liberación nacional y social de nuestra patria. Y en cuanto a la actual situación del ex fiscal encontrándose este detenido y por lo tanto en situación desventajosa con respecto a mí, sólo le digo que volveremos a vernos las caras en el próximo juicio oral donde entonces sí, se dará la oportunidad para que frente a frente lo que dicta nuestra conciencia”.
Recordemos que hallándose detenido durante el año 1975 en la comisaría segunda de la ciudad de Mar del Plata el negro Soarez sufrió en represalia por un intento de fuga el asesinato de su padre a manos de una patota combinada de policías y civiles.
El relato reciente muestra la confrontación antagónica entre el orgullo y la hipocresía. El orgullo de haber sido y seguir siéndolo y la hipocresía de no asumirse como responsable de los hechos cometidos.
Decimos nosotros acorde a un compromiso que no fenece y que nos acompañará aún y después de nuestra desaparición física: aquél 7 de septiembre de 1970 en William Morris murieron dos de los fundadores de la organización Montoneros, Fernando Luis Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus, dando origen a esta recordación que llamamos EL DIA DEL MONTONERO.
El 1978 la conducta del Tucho Valenzuela refuerza con su decisión e pensamiento y la actitud de una generación comprometida con un proyecto de país. Treinta y cinco años después en sintonía con una historia que nunca acabará de contarse otro episodio pone de manifiesto el antagonismo entre el orgullo militante y la hipocresía personal y profesional de un representante del sistema.
Seguramente habrá quienes una vez más nos llamarán nihilistas, adoradores de la violencia, seducidos por la muerte, nostálgico del pasado, etc. Nosotros creemos sinceramente que fuimos el producto típico de u contexto histórico, cuya raíz principal estuvo centrada en la violación sistemática de las instituciones y de los derechos políticos sociales y culturales de las mayorías populares. Los gobiernos que no representaban los intereses de los sectores conservadores- liberales fueron “gopeados or acción del partido militar. Cara visible de los intereses oligárquicos concentrados fueron la herramienta que el sistema utilizo para desbaratar los gobiernos democráticos. Seríamos genuflexos si n dijéramos que la actualidad muestra el mismo grado de confrontación histórica y social.
El sistema ha CORPORIZADO un proyecto y el campo popular se encuentra en la necesidad estratégica de conciliar sus intereses resolviendo su fragmentación no en la discusión política sino en el debate ideológico.
t recordamos Fernando, Gustavo, Tucho, Soares, no desde el ejercicio memorioso sino desde la práctica político social sobre la cual no fuimos ni somos ni seremos complacientes. Los recordamos y en ustedes a todos los compañeros cuya historia personal y colectiva atraviesa el tiempo pasado y se mantiene vigente en la conducta cotidiana de quienes conservan el espíritu de solidaridad y sensibilidad social.
Una vez más y como siempre HASTA LA VICTORIA

AGRUPACIÓN RODOLFO WALSH

Mar del Plata - 7 de Septiembre de 2013