sábado, 16 de noviembre de 2013

DEL CORAZÓN DEL PUEBLO AL REGRESO DEFINITIVO

Relato extraído del testimonio de un compañero de la organización Montoneros.

“… A las diez de la mañana del 14 de Octubre de 1974 me junté con Pancho para recibir instrucciones sobre una operación súper secreta. Pancho era un tipo tan simple como fraterno, sereno y enérgico. Curtido en acciones militares y portador de una capacidad firme y sólida. Me dijo: A partir de este momento estás en operaciones. No tenés que contactarte con nadie excepto con M. con quién te vas a reportar a las 18 horas en una cita que ya está prevista. La única incorporación que falta en el equipo de ustedes es un compañero cuya designación es responsabilidad tuya y sobre quién, por supuesto, tenés que garantizar las condiciones operativas.
Me dio todas las indicaciones de todos los elementos que resultaba necesario conseguir. Me adelantó los recursos económicos y me puso en tema sobre “EL CAMIÓN”.
Me informó que M., como responsable de nuestro grupo tenía la tarea de “contratar” un camión. ¿Por qué “contratar” y no “levantar” o “apretar” para conseguirlo? Muy simple; no podíamos andar con un camión por toda la ciudad durante 24 horas y correr el riesgo de que fuera detectado y pudrir la operación.
Por lo tanto era necesario conseguir un camión ¿PARA QUÉ? A través de un adherente o simpatizante a quién contactar y sobre la base del compromiso y la confianza política se aviniera a solucionarnos la necesidad.
La JTP tenía un interesante trabajo político desarrollado en el CORRALÓN DE VILLAS que está en Avenida Gaona y Segurola en el barrio de Floresta. Allí se guardaban los camiones recolectores de basura que trabajaban en toda la zona de influencia. Algunos de esos camiones formaban parte del stock municipal y otros eran contratados en función de las necesidades. Operar sobre un camión del stock, aunque el chofer y el resto del servicio fueran simpatizantes era imposible, pero en cambio sobre alguno de los camiones contratados era factible.
Así fue. M. es un compañero que venía de la etapa anterior. Integrante junto a Osatinsky de uno de los brazos fundadores de las FAR, tenía muchas relaciones políticas y personales en el corralón.
No resultó difícil, luego de evaluar a quién, contactar y contratar al chofer y dueño que debía entregar el camión para colaborar con la Tendencia.
Desconociendo por completo el objetivo, asumí la tarea encomendad de proveer los materiales y recursos necesarios. Contacté a T., un compañero media generación mayor que la nuestra y que tenía una probada práctica y responsabilidad operativa. No necesitaba instruirlo de nada, ni siquiera que, en ese momento, estaba bajo mis indicaciones.
T. es un compañero que venía de las FAL y, más allá de su formación política, vinculada obviamente a la izquierda revolucionaria - no peronista- había tomado la decisión de incorporarse a nuestra orga desde hacía un año. Algunas actividades menores habíamos desarrollado juntos. A veces se atascaba en las discusiones teóricas. Perfil común que suelen tener algunos compañeros que suscriben al peronismo, mal que les pese. Pero más allá de eso es honesto, consecuente y decidido. Y con el tiempo me demostró de manera personal, tenerme en un alto grado de confianza y seguridad política.

Avanzamos en cumplir las indicaciones que nuestra tarea requería y a las 18 horas nos reportamos ante M. A la cita, para sorpresa mía, también fue Pancho. Inmediatamente me di cuenta que lo hacía para garantizar que nada quedara “suelto” y comprobar personalmente que todo estaba en orden. Repasamos de manera conjunta todo lo que se nos había indicado y recibimos la última orden: a partir de ahora vos y T. se guardan y a las 22 en punto se juntan con M. en la pizzería de Santa Fe y Thames, en frete a la rotonda de Plaza Italia.
Nos despedimos. M. esbozó una pequeña sonrisa. Y, más intrigados, nos fuimos a la casa de T. a guardarnos hasta el momento indicado.
A las 22 en punto, con la ansiedad controlada, estábamos sentados en la pizzería. Recordemos que, ya para entonces, las citas se cumplían puntualmente. Y en el caso de que por cualquier motivo cayera una requisa teníamos que tener armado un “minuto” sólido y convincente. A las 22:15 ya no nos cabía un alfiler en el culo. Al principio, confiados y distendidos, el paso del tiempo (¡eran minutos nada más!) nos fue poniendo en clima, no de inseguridad pero sí de tensión.
A las 22:25 llegó M., la puntualidad nunca fue su fuerte. Salvo en situaciones muy extremas. Ésta parecía no ser una de ellas. Sin embargo…
Nosotros, para matizar, habíamos pedido una cerveza que estábamos tomando cuando M. llegó. Se sentó al lado de T. y enfrente mío. Pedimos otro vaso y, entonces, dijo: Vamos  brindar. Nos llevamos el cajón con el cadáver de Aramburu para cambiarlo por el de Evita.
“MONTONEROS NECRÓFILOS” publicó en su portada, al día siguiente, el diario del marino- golpista- Francisco Manrique.
El gobierno de Isabel y López Rega, presionados por la andanada civil y militar, no tuvo más remedio que acceder a nuestra demanda y 72 horas después, los restos de nuestra compañera llegaron definitivamente a la Argentina.
Habían pasado 19 años de su vejación y profanación. El intento de secuestro y desaparición había sido abortado por la inclaudicable lucha popular.
Con el tiempo, me enteré de algunos pormenores de aquella histórica reivindicación.
Fuimos tres equipos, totalmente compartimentados, los que funcionamos en esa operación. En total 12 compañeros. Nuestro grupo se encargó de las tareas relatadas. Un segundo grupo, se encargó del traslado del féretro conjuntamente con quienes habían “trabajado” dentro de la Recoleta, forzando la puerta lateral y la del lugar donde se encontraba el cajón. Y un tercer grupo, se encargó del lugar de depósito y su custodia.
De éste último grupo supe, con los años, que otro compañero (“C.”) había sobrevivido.
Tanto M. como T. sobrevivieron en el exilio. M. consiguió salir del país a fines de 1977 y recluirse en Holanda. De allí volvió clandestinamente en 1985.  Todavía era buscado por el bando de detención promulgado por el gobierno de Alfonsín. Retornó definitivamente en 1993.
T. sobrevivió en un exilio interno. En un embute propio que le permitió atravesar la larga noche de la dictadura.
C. y yo atravesamos los campos de concentración de uno, al menos, nunca supieron ni imaginaron los militares genocidas su participación en tan emocionante reparación y reivindicación para el pueblo peronista.”


COMPAÑERA EVITA

QUIENES FUIMOS TUS PRIVILEGIADOS, CRECIMOS DURANTE LA RESISTENCIA, NOS FORMAMOS EN LA GLORIOSA JP, SOBREVIVIMOS A LA DICTADURA GENOCIDA, RESISTIMOS A LA ENTREGA DE LOS 90, LUCHAMOS CONTRA LA TRAICIÓN MENEMISTA Y ACOMPAÑAMOS EL PROYECTO NACIONAL, POPULAR Y DEMOCRÁTICO, HOY VENIMOS A DECIRTE QUE NO TE FALLAMOS QUERIDA COMPAÑERA.
VOLVIMOS Y SOMOS MILLONES.
SABEMOS QUE EL SISTEMA APUNTA AL FINAL DEL CICLO EN EL 2015. POR ADENTRO Y POR AFUERA DE NUESTRO GOBIERNO APUESTA A DERROTAR EL MODELO. PERO, A DIFERENCIA DEL 2000, QUINCE AÑOS DESPUÉS NOS ENCONTRARÁ UNIDOS Y ORGANIZADOS.
COTIDIANA E INCLAUIDICABLEMENTE -COMO SIEMPRE- NOS MANTENEMOS DE PIE JUNTO A LA COMPAÑERA PRESIDENTA Y A LA JUVENTUD PERONISTA CONTRA LA OLIGARQUÍA, LOS CIPAYOS Y TRAIDORES PARA CONSTRUIR DEFINITIVAMENTE LA PATRIA JUSTA, LIBRE Y SOBERANA.
TU PRESENCIA Y TU ESPÍRITU INUDAN LAS CALLES DE LA PATRIA Y EL GOBIERNO PERONISTA VUELVE A REPRESENTAR LOS INTERESES DE LA CLASE TRABAJADORA Y DEL PUEBLO.
EL PERONISMO SERÁ REVOLUCIONARIO O  NO SERÁ NADA.
HASTA LA VICTORIA

AGRUPACIÓN RODOLFO WALSH

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