20 de Junio Regreso de Perón y la juventud
maravillosa
“LA MASACRE DE EZEIZA”
Aquél 20 de junio de 1973
debió haber sido una jornada de júbilo y festejo popular. Única. Incomparable.
La dimensión emocional de aquél reencuentro debería provocar los desbordes de
lágrimas, alegría, risas, euforia y nuevamente llantos descontrolados.
Desde aquél 16 de septiembre
de 1955 cuando se produjo el golpe que derrocó su gobierno y provocó el exilio
del Gral. Perón, el pueblo peronista vivió pensando y alentando tres
reivindicaciones máximas: el juicio a os traidores, la recuperación del cadáver
de EVITA y el regreso de Perón a la Patria.
Este último objetivo estaba
por cumplirse. Después de 18 años el general volvería al país y a reencontrarse
con su pueblo.
Desde la noche anterior
nutridas columnas se fueron acercando al lugar donde se había m el gran palco
de casi 20 metros de altura por 50 metros de ancho y 5 metros de profundidad.
Puente 12 fue el escenario elegido. Próximo al aeropuerto Internacional de Ezeiza
donde a las 14 horas arribaría el avión que traería al Gral. Perón
definitivamente de regreso.
El día pareció ser
peronista. Amaneció con sol aunque parcialmente nublado y con frío. Desde muy
temprano la ciudad, y fundamentalmente los suburbios, parecían un corazón
agitado.
Estaba previsto que se podía
llegar con vehículos sólo hasta Ricchieri y Gral. Paz, luego había que ir
caminando. Sólo los vehículos oficiales o de emergencia podían transitar desde
dicho cruce hasta el palco, o hacia el aeropuerto.
Las crónicas de la época
hablan en cuanto a concurrencia en una franja muy desigual: los “conservadores”
citan dos millones; los “objetivos”? tres millones, mientras los más eufóricos
llegaron a hablar de cinco millones de personas movilizadas.
Lo cierto es que nunca antes
y nunca después se vivió en nuestro país una marcha semejante. Las vastas
columnas organizadas con sus carteles por delante compartían el camino con
muchos peronistas “de a pié”. Aquella avenida Ricchieri y sus adyacencias fue
una sola marea de gente, de pueblo peronista que avanzaba cantando al re
encuentro “soñado”. En ese océano de gente por sus costados, por delante, por
detrás distintiva de bullanga y fortaleza, de conciencia y corazón, desbordando
euforia y compromiso marchaba la gloriosa JP.
Decíamos entonces: … “se
cumplió un sueño. El sueño de viejos peronistas que allá por el 55 no se
rindieron. El sueño de sus hijos…”. Los viejos y jóvenes peronistas que
creyeron que ese sueño era posible y necesario. El sueño de VALLE, de los
REARTE, de ABAL MEDINA, de ATILIO LÓPEZ, de ONGARO, de SAVINO NAVARRO, de los
hermanos LIZASO y de tantos peronistas anónimos que dieron su vida por ese
sueño.
Y que ya hecho realidad, ese
mismo día, la seguirían dando!
El palco estaba
“garantizado” por la gente de López Rega: OSINDE, BRITO LIMA, la derecha
pseudoperonista y parapolicial-militar.
Alrededor del medio día y
desde el palco, sonaron las primeras ráfagas de ametralladoras que encontraron
a la gente totalmente desprevenida e indefensa. Quienes iban caminando hacia el
palco descubrían que algo estaba pasando porque comenzó el tránsito incesante
de las ambulancias con sus sirenas en extremo pidiendo paso.
A las 13:30 se produjo el
segundo ametrallamiento. Nuevamente desde el palco. Se escuchaba la voz confusa
y desconcertada de Leonardo Favio, que a cargo de la locución pedía por el
micrófono que se bajaran de los árboles porque (o donde) había francotiradores.
Durante un rato muy largo
reinó la confusión y el desbande. Sin saberlo, todos sabían, que eran las
bandas de la derecha instaladas ya en el gobierno las que “provocaban” y
alertaba con su ametrallamiento lo que vendría.
El avión de Perón fue
desviado a la base de Morón donde aterrizó en tiempo y forma. Pero no hubo re
encuentro. Ni sueño cumplido.
Recuerdo aquél largo regreso
caminando hasta el micro (ómnibus). Cuatro o cinco kilómetros de conjeturas,
puteadas, llanto, bronca. Desazón y tristeza. Intuía… mos de qué se trataba.
Algunos hechos anteriores nos indicaban que la cosa no estaba bien o, al menos,
tan bien como se la quería hacer aparecer. Nunca imaginamos tal alarde de
siniestra y desembozada confrontación.
Aquella jornada estuvo - y
está - entre las peores de la historia peronista. Sin embargo su comparación no
tiene simetría. Porque fue instigada y ejecutada desde adentro de la estructura
político-institucional del peronismo.
Del esperado re encuentro
nació el desencuentro. El peronismo fraccionó en dos sectores irreconciliables
y antagónicos. Si bien las bandas de la derecha y sus ejecutores eran pocos
lograron su cometido. Llevaron a la “juventud maravillosa” y sus organizaciones
populares a una encerrona de la que no supimos salir. Las muertes de la
emboscada de aquel día conocida como “LA MASACRE DE EZEIZA” fueron el
antecedente provocador y elocuente de lo que vendría después.
Ese 20 de junio de 1973
marcó el inicio de la ofensiva de la reacción antipopular institucionalmente
instalada en el gobierno.
Su continuidad represora -
legal e impunemente instituida -tendrá una etapa superior planificada por la
dictadura del ´76 cuyas puertas se abrieron aquella tarde del 20 de junio de
1973.
AGRUPACIÓN
RODOLFO WALSH
Mar del Plata
No hay comentarios:
Publicar un comentario